6 Los correos, con las cartas del rey y de sus jefes, recorrieron todo
Israel y Judá, como el rey lo había mandado y decían: «Hijos de
Israel,
volveos a Yahveh, el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, y él se volverá
al resto que ha quedado de vosotros, los que han escapado de la mano de los
reyes de Asiria.
7 No seáis como vuestros padres y vuestros hermanos, que fueron
infieles a Yahveh, el Dios de sus padres; por lo cual él los
entregó a la
desolación, como estáis viendo.
8 Ahora, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres; dad la
mano a Yahveh, venid a su santuario, que él ha santificado para siempre;
servid a Yahveh, vuestro Dios, y se apartará de vosotros el furor de su ira.